`LA PLURALIDAD Y EL FEDERALISMO SON LAS CONSIGNAS DE ESTE MODELO´, AFIRMA JORGE COSCIA. CUENTA CÓMO ES EL PROYECTO `25 MIRADAS - 200 MINUTOS`
Luego de los festejos populares por el Bicentenario y con un nuevo proyecto en los cines, el secretario de Cultura analiza cómo se aporta a una identidad nacional. Además, revisa los dos modelos de país en pugna.
Nacido en Flores, del lado sur de la Ciudad de Buenos Aires, el actual Secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, vivió de cerca aquello de que los únicos privilegiados eran los niños y le tocó ver cómo esa consigna peronista se fue destruyendo. Tal vez por eso, desde el inicio de los ’70, como tantos jóvenes de su edad, se metió de lleno en la actividad política, en su caso, integrando la Agrupación Universitaria Nacional (AUN), encolumnada detrás de las ideas y actividades de Jorge Abelardo Ramos. El golpe genocida del ’76, con la fuerte represión estatal, lo alejó temporalmente de la actividad política. Fue entonces que inició sus estudios cinematográficos.
Con 58 años recién cumplidos, hoy lleva varias películas y documentales realizados. En 2002 asumió la presidencia del Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales (INCAA) que durante su gestión logró la autarquía financiera y la llamada ‘cuota de pantalla’ (que obliga a las salas cinematográficas a exhibir un determinado número de películas nacionales). Más tarde, en 2005, fue electo diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires en representación del Frente para la Victoria. Poco antes de dejar su banca, fue llamado por la Presidenta Cristina Fernández para ocupar la Secretaría de Cultura de la Nación.
Desde allí, este año se organizaron los festejos del Bicentenario y, como parte de la conmemoración patria, desarrolló un trabajo que lleva el nombre de 25 Miradas - 200 Minutos, una serie de 25 cortometrajes de 8 minutos cada uno, que se proyectan individualmente antes de las películas que están hoy en cartel.
En el proyecto colaboraron la Argentina de Actores (AAA), el Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA) y la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC), en tanto que el laboratorio Cinecolor bonificó todas las copias 35 mm para la distribución del material en las salas de todo el país.
En la comodidad de su despacho, con unos lentes pequeños, Coscia observa, escucha y responde, tranquilo y enérgico.
– ¿Cómo surgió el proyecto de 25 Miradas - 200 Minutos?
– Quisimos registrar un punto de vista de cineastas actuales, en el marco de la conmemoración del Bicentenario. Una suerte de testimonio libre de varios directores de cine. Lo planteamos con suma libertad, pero también marcamos la consigna de que remitiera de algún modo a lo que a cada director le generara el estar viviendo este aniversario de la patria. El resultado creo que es un mosaico de visiones de una cinematografía que se caracteriza por la diversidad, tanto generacional, como de género y puntos de vista, con un común denominador: un cine que apuesta al riesgo, a la experimentación, al arte.
– Pero lejos de ser una mirada conservadora de la historia…
– Podríamos haber optado por decirles: “Bueno, cuéntennos una parte de la historia argentina, muchachos”.
En todo caso, para eso hubiéramos convocado a directores que se especialicen en historia, que no hay muchos y que es algo difícil y muy caro de hacer. Así como la Conabip (Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares) acaba de sacar un libro que se llama 2110 y en el que convocó a 21 escritores argentinos para que imaginen desde la literatura, cómo podría ser la Argentina dentro de 100 años. Desde lo cinematográfico, 25 Miradas busca desarrollar qué cosas nos han conmovido más de la Argentina en estos dos siglos.
Allí aparecen desde los derechos humanos, hasta perspectivas humorísticas, con una suerte de distanciamiento frente a la historia. Y esto es una expresión generacional y de mujeres, porque también hoy hay muchas mujeres directoras. Cuando entré al INCAA había sólo tres mujeres directoras y, dentro de poco, vamos a tener que pedir el cupo masculino. Debían tener lugar tanto veteranos como jóvenes y debutantes. Algunos no pudieron estar por razones de agenda.
– En los editoriales de la revista de la Secretaría de Cultura, siempre hace foco en el federalismo, la integración y la inversión. ¿En qué medida 25 Miradas tiene que ver con estos conceptos?
– Aquí hay varios directores nacidos en el interior. De todas maneras, nuestro cine no es totalmente federal, como tampoco lo es en los Estados Unidos, donde se filma en Hollywood o en Nueva York. Lo que deben federalizarse son las oportunidades y eso ha aumentado también.
Cada vez hay más directores del interior del país porque cada vez hay más oportunidades de estudio en el interior. Hay que generar oportunidades para todos los argentinos.
La Argentina tiene una vocación de cine tan masiva que expresa un federalismo mayor del que existe en muchas partes del mundo. Es más fácil para un joven de provincia acceder al estudio de cine en Argentina que para un joven del interior de los Estados Unidos o de Francia. Esto no significa que sea fácil, porque hay mucha vocación, mucha gente y los recursos son limitados.
Pero las oportunidades son tan grandes que tenemos una película como La 21 Barracas que no es un proyecto de pequeño-burgueses que van a la villa, sino que es una película nacida de la villa, con actores y propuestas actorales de la villa, con un director de cine como Víctor Ramos, que camina la 21-24 y otras villas desde hace muchos años. No es que descubrió la villa ayer. También ha habido experiencias nuevas.
En ese sentido, creo que avanzamos en una democratización que está llegando a lugares donde por ahí otras cosas ni siquiera llegaron. No digo que no haya por recorrer, hay aún deudas pendientes…
– ¿Por qué no se desarrolló desde el INCAA?
– En este caso, el Instituto de cine, que depende de la Secretaría de Cultura, tiene autarquía. Encaramos desde mi cartera el trabajo específico de los cortos, pero es absolutamente complementario de las políticas del Incaa. En coproducción con la Universidad 3 de Febrero, armamos este trabajo con la finalidad de conmemorar el Bicentenario, desde el cine.
Las reglas de juego y la plata fueron las mismas para todos. Lo que se logró fue que cada uno hiciera algo que expresara su personalidad artística. Al ver algunos de estos cortos, no sorprendería decir que “esto no se hace con 80 mil pesos”. Evidentemente, muchos agregaron recursos propios adicionales.
– ¿Qué cubría esos 80 mil pesos?
– La filmación. La preproducción no está incluida. Ellos debían entregar un material terminado en digital. Y por eso lo encaramos nosotros, porque no estamos hablando ni de un cine comercial ni de un cine sólo de sala… Se va a dar también en televisión, al aire libre, en eventos, y por mucho tiempo.
– ¿En qué medida esta propuesta se alinea con lo que se planteó en el festejo del Bicentenario en la Avenida 9 de Julio?
– Justamente, el aporte de tantas partes presenta eso: un diálogo entre miradas diferentes como un mosaico de colores diferentes. Hay una idea de integración participativa, popular, de argentinidad, de esta necesidad de encontrarnos. Existe un diálogo interesante entre todos los directores. Y, precisamente, si tuvo una gran virtud la conmemoración de la Semana de Mayo, fue lo que la Presidenta marcó como una conmemoración federal, plural, diversa y latinoamericana. En este caso, la propuesta fue sobre el cine argentino.
Sí hubo en la celebración, consignas de país, pero no de un partido político determinado. No hay duda de que lo que caracterizó la conmemoración fue esta cohabitación entre el Chaqueño Palavecino, Fito Páez, los 1.400 intérpretes de los escenarios federales, las miradas de las provincias cualquiera fuera su gobierno. La pluralidad y el federalismo fueron consignas que garantizaron lo que pasó.
– ¿Coincide con quienes señalan la diferencia entre los festejos nacionales del Bicentenario y la del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires?
– La celebración tuvo, sin duda, dos caras: la de la Ciudad, elitista y la que propuso el Gobierno nacional, y que pasó a ser de todos. El Estado propone y la gente adhiere. Esto no significa que lo del teatro Colón haya sido algo malo, pero se construyó una suerte de metáfora de dos modelos.
– ¿No cree que fue diferente el enfoque que planteó el gobierno de la Ciudad?
– El gobierno de (Mauricio) Macri tiene una concepción neoliberal, elitista, con un jefe de Gobierno que es la imagen de esto. Son los Newman Boys. Es difícil entender… Para mí, que nací al sur de la Avenida Rivadavia, la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires me es absolutamente propia y para Macri es un lugar extraño, ajeno.
El modelo que expresa Macri es el modelo extremo tilingo de una Ciudad y un país para pocos Su política me recuerda a la bomba neutrónica, ésa que fue concebida para destruir a la gente sin destruir los edificios, para que los ejércitos vencedores luego ocupen territorios, para conservar las casas pero no los molestos seres humanos.
Y la restauración del Colón va con eso. Se restaura el edificio pero se sacan y se desarman los planteles humanos que son uno de los patrimonios más grandes que ha tenido ese teatro. Es una suerte de bomba neutrónica cultural que protege la pared para luego vaciar a los técnicos, talleristas, planteles, que es lo que ha hecho el gobierno de Macri en ese edificio.
– ¿Está pensando en ser candidato a jefe de Gobierno por el Frente para la Victoria?
– No es algo que esté hoy en mi mente. Me parece que hay otros nombres, y muy buenos, para la Capital Federal. Lo único que yo siempre pido es un lugar en la discusión, en el debate. No estoy trabajando por eso pero sí estoy acompañando a la recuperación del peronismo en la Capital, en todo el espacio que yo defino como nacional, popular y progresista, donde está el peronismo y otros espacios políticos.
Estoy trabajando con compañeros de la calidad de Daniel Filmus, Carlos Tomada, Amado Boudou, y es innumerable la lista de alternativas. Hace poco le preguntaba a Filmus: “¿Vos imaginaste que iba a ser tan malo el gobierno de Macri?”. Me dijo que la verdad que no. Macri decía “hay equipo” y demostró que lo había: un equipo temible.
Un Gobierno que armó a una Policía que no atrapó un ladrón, y en cambio, fueron atrapados delincuentes en la cúpula de la Policía. Es una cosa increíble. Solamente con el silencio, ocultamiento y complicidad de los grandes medios, no deviene en un escándalo de las proporciones que debería tener. Los mismos periódicos que festejaron u ocultaron el genocidio de las provincias. Me parece que quienes gobernamos la Argentina tenemos el mejor proyecto, sin duda, para gobernar la Ciudad.
Tenemos para ofrecer un país que sacamos de la crisis durante 7 años y un país en el que mejoramos todas las variables. Mientras que, tanto el macrismo como la oposición tienen para demostrar la gestión de Gobierno que hicieron. Hemos demostrado que podemos gobernar la Argentina, nos la dieron destruida, ¿cómo no vamos a poder gobernar Buenos Aires? La consigna es que todos los que formamos parte de este proyecto debemos estar juntos, más allá de los nombres. Por eso les digo, cuenten conmigo para lo que sea, desde mi casa o desde donde fuere. Recuperar Buenos Aires es algo que merecen los porteños y los argentinos.
– ¿Cree que podría repetirse ese concepto de mosaico aplicado en la Ciudad de Buenos Aires, rescatando los valores que tiene cada barrio?
– Absolutamente. Así como se pueden recuperar las villas miserias en Buenos Aires, que son muchas y que no tienen la misma envergadura de las villas de las grandes ciudades de América latina.
Por lo tanto, su incorporación a la Ciudad es factible respetando su historia, a sus ciudadanos, a quienes en definitiva allí viven. Hay que integrarlos a la Ciudad, hay que tener una política integradora. La particularidad es que nuestro proyecto es inclusivo también para los que lo rechazan, mientras que el otro proyecto no lo es al resto de la sociedad. Nuestro proyecto no propone ni apropiar las estancias ni aniquilar el negocio del campo, todo lo contrario.
Con este proyecto el negocio del campo ha mejorado, pero lo que se propone es que los excedentes de las ganancias extraordinarias se vuelquen al conjunto de la sociedad. Este proyecto es el que levantó, incluso, el negocio agrario. Nuestro proyecto es inclusivo, no es exclusivo, no dice “los ricos afuera, que emigren”. La prueba de ello es cómo se están vendiendo coches de alta gama en Argentina.
Este proyecto es un proyecto de capitalismo con justicia. En ese sentido es inclusivo por todos lados. Y en lo cultural también es inclusivo. Y cargamos las tintas sobre quienes además fueron excluidos por tener una identidad nacional como fueron Arturo Jauretche, Leopoldo Marechal, todo lo que es el espectro de lo que nosotros llamamos pensadores nacionales.
Es más, en nuestro proyecto incluso hay una recuperación del conjunto de las ideas de pensamiento. Carta Abierta es un ejemplo, porque es renovadora, no queda en el límite de lo nacional y lo popular, sino que va más allá, profundiza la reflexión de la universidad y el debate. Nosotros somos la inclusión, lo demostramos todo el tiempo. El otro proyecto es el de la exclusión, como también lo demostró.
Por Felipe Deslarmes
Fuente: Miradas al Sur
Más información: www.elargentino.com
25 MIRADAS – 200 MINUTOS constituye una serie de 25 películas de 8 minutos de duración cada una, que forman parte de una construcción colectiva de 200 minutos finales. Una introspección y una poética acerca del quiénes quisimos ser y del quiénes hemos sido, cruzados con la realidad del qué somos y con la utopía del qué seremos. Un mosaico compuesto a partir de la libertad creativa y estética de cada uno de los cineastas que participan de esta puesta.
El proyecto fue desarrollado por la Secretaría de Cultura de la Nación junto a la Universidad Nacional de Tres de Febrero, en el marco de los festejos del Bicentenario Argentino. Colaboraron en el mismo la Asociación Argentina de Actores (AAA), el Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA) y la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC). El laboratorio Cinecolor bonificó todas las copias 35 mm. para la distribución del material en salas de cine del país.
Observar un camino que aún hoy transitan millones de argentinos, en la certeza de hacer, de moldear y de transformar la Nación, es el desafío de esta propuesta que busca, según lo relata el Secretario de Cultura, Jorge Coscia, “generar testimonio para entrever, asomarse o espiar, incluso de forma impúdica, las vicisitudes, los sentidos y la dialéctica de un viaje de 200 años”.
25 Miradas sobre una misma Historia
Israel Adrián Caetano (“El Héroe al que Nadie Quiso”), Marcos Carnevale (“Mercedes”), Albertina Carri (“Restos”), Paula de Luque (“Leyenda del Ceibo”), Inés de Oliveira Cézar (“Guillermina P.”), Sabrina Farji (“La Voz”), Leonardo Favio (“Gente querible”), Pablo Fendrik (“Hija del Sol”), Sandra Gugliotta (“Posadas”), Paula Hernández (“Malasangre”), Juan José Jusid (“Intolerancia”), Víctor Laplace (“Ser Útil Hoy”), Alberto Lecchi (“El Abuelo”), Lucrecia Martel (“Nueva Argirópolis”), Mausi Martínez (“En la Trinchera”), Néstor Montalbano (“Chasqui”), Celina Murga (“Pavón”), Gustavo Postiglione (“(mi) Historia Argentina”), Lucía Puenzo y Esteban Puenzo (“Más adelante”), Carlos Sorín (“Argentina del Bicentenario. Las Voces y los Silencios”), Juan Bautista Stagnaro (“El Espía”), Juan Taratuto (“Fallas de Origen”), Gustavo Taretto (“Una vez más”), Pablo Trapero (“Nómade”) y Ricardo Wullicher (“Para todos los Hombres y Mujeres de Buena Voluntad “).
La mirada de estos 25 realizadores, interpretada por artistas y pensadores de la talla de China Zorrilla, Andrea del Boca, Alejandro Awada, Diego Peretti, Elena Roger, Claudio Gallardou, Lito Cruz, Luis Luque, Luis Ziembrowski, Carlos Santamaría, Emme, Florencia Raggi, Jorge Prado, Norma Pons, Pilar Gamboa, Verónica Piaggio, Osqui Guzmán, Vando Villamil, Victoria Carreras, Regina Lamm, Silvina Bosco, Ailín Salas, Alejandro Lifshitz, Analía Couceyro, Bettina Quintá, Ernesto Chacón Uribe, Eduardo Bertoglio, Matías Umpierrez, Pablo Ribba y Pacho O’Donnell, conduce a 200 minutos de un viaje hacia la reflexión.
Estreno oficial de 25 MIRADAS – 200 MINUTOS
El próximo lunes 6 de septiembre, 25 MIRADAS – 200 MINUTOS hará su presentación oficial.
El evento, que se llevará a cabo en el complejo Cinemark de Puerto Madero, Ciudad de Buenos Aires, contará con la presencia del Secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, y otras autoridades, así como también de los directores y actores que participaron del proyecto.
25 MIRADAS – 200 MINUTOS es un emprendimiento de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, la Unidad Ejecutora Bicentenario y la Universidad de Tres de Febrero, dentro del marco de los festejos por el Bicentenario Argentino.
Más información: www.25miradas.gob.ar
Luego de los festejos populares por el Bicentenario y con un nuevo proyecto en los cines, el secretario de Cultura analiza cómo se aporta a una identidad nacional. Además, revisa los dos modelos de país en pugna.
Nacido en Flores, del lado sur de la Ciudad de Buenos Aires, el actual Secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, vivió de cerca aquello de que los únicos privilegiados eran los niños y le tocó ver cómo esa consigna peronista se fue destruyendo. Tal vez por eso, desde el inicio de los ’70, como tantos jóvenes de su edad, se metió de lleno en la actividad política, en su caso, integrando la Agrupación Universitaria Nacional (AUN), encolumnada detrás de las ideas y actividades de Jorge Abelardo Ramos. El golpe genocida del ’76, con la fuerte represión estatal, lo alejó temporalmente de la actividad política. Fue entonces que inició sus estudios cinematográficos.
Con 58 años recién cumplidos, hoy lleva varias películas y documentales realizados. En 2002 asumió la presidencia del Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales (INCAA) que durante su gestión logró la autarquía financiera y la llamada ‘cuota de pantalla’ (que obliga a las salas cinematográficas a exhibir un determinado número de películas nacionales). Más tarde, en 2005, fue electo diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires en representación del Frente para la Victoria. Poco antes de dejar su banca, fue llamado por la Presidenta Cristina Fernández para ocupar la Secretaría de Cultura de la Nación.
Desde allí, este año se organizaron los festejos del Bicentenario y, como parte de la conmemoración patria, desarrolló un trabajo que lleva el nombre de 25 Miradas - 200 Minutos, una serie de 25 cortometrajes de 8 minutos cada uno, que se proyectan individualmente antes de las películas que están hoy en cartel.
En el proyecto colaboraron la Argentina de Actores (AAA), el Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA) y la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC), en tanto que el laboratorio Cinecolor bonificó todas las copias 35 mm para la distribución del material en las salas de todo el país.
En la comodidad de su despacho, con unos lentes pequeños, Coscia observa, escucha y responde, tranquilo y enérgico.
– ¿Cómo surgió el proyecto de 25 Miradas - 200 Minutos?
– Quisimos registrar un punto de vista de cineastas actuales, en el marco de la conmemoración del Bicentenario. Una suerte de testimonio libre de varios directores de cine. Lo planteamos con suma libertad, pero también marcamos la consigna de que remitiera de algún modo a lo que a cada director le generara el estar viviendo este aniversario de la patria. El resultado creo que es un mosaico de visiones de una cinematografía que se caracteriza por la diversidad, tanto generacional, como de género y puntos de vista, con un común denominador: un cine que apuesta al riesgo, a la experimentación, al arte.
– Pero lejos de ser una mirada conservadora de la historia…
– Podríamos haber optado por decirles: “Bueno, cuéntennos una parte de la historia argentina, muchachos”.
En todo caso, para eso hubiéramos convocado a directores que se especialicen en historia, que no hay muchos y que es algo difícil y muy caro de hacer. Así como la Conabip (Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares) acaba de sacar un libro que se llama 2110 y en el que convocó a 21 escritores argentinos para que imaginen desde la literatura, cómo podría ser la Argentina dentro de 100 años. Desde lo cinematográfico, 25 Miradas busca desarrollar qué cosas nos han conmovido más de la Argentina en estos dos siglos.
Allí aparecen desde los derechos humanos, hasta perspectivas humorísticas, con una suerte de distanciamiento frente a la historia. Y esto es una expresión generacional y de mujeres, porque también hoy hay muchas mujeres directoras. Cuando entré al INCAA había sólo tres mujeres directoras y, dentro de poco, vamos a tener que pedir el cupo masculino. Debían tener lugar tanto veteranos como jóvenes y debutantes. Algunos no pudieron estar por razones de agenda.
– En los editoriales de la revista de la Secretaría de Cultura, siempre hace foco en el federalismo, la integración y la inversión. ¿En qué medida 25 Miradas tiene que ver con estos conceptos?
– Aquí hay varios directores nacidos en el interior. De todas maneras, nuestro cine no es totalmente federal, como tampoco lo es en los Estados Unidos, donde se filma en Hollywood o en Nueva York. Lo que deben federalizarse son las oportunidades y eso ha aumentado también.
Cada vez hay más directores del interior del país porque cada vez hay más oportunidades de estudio en el interior. Hay que generar oportunidades para todos los argentinos.
La Argentina tiene una vocación de cine tan masiva que expresa un federalismo mayor del que existe en muchas partes del mundo. Es más fácil para un joven de provincia acceder al estudio de cine en Argentina que para un joven del interior de los Estados Unidos o de Francia. Esto no significa que sea fácil, porque hay mucha vocación, mucha gente y los recursos son limitados.
Pero las oportunidades son tan grandes que tenemos una película como La 21 Barracas que no es un proyecto de pequeño-burgueses que van a la villa, sino que es una película nacida de la villa, con actores y propuestas actorales de la villa, con un director de cine como Víctor Ramos, que camina la 21-24 y otras villas desde hace muchos años. No es que descubrió la villa ayer. También ha habido experiencias nuevas.
En ese sentido, creo que avanzamos en una democratización que está llegando a lugares donde por ahí otras cosas ni siquiera llegaron. No digo que no haya por recorrer, hay aún deudas pendientes…
– ¿Por qué no se desarrolló desde el INCAA?
– En este caso, el Instituto de cine, que depende de la Secretaría de Cultura, tiene autarquía. Encaramos desde mi cartera el trabajo específico de los cortos, pero es absolutamente complementario de las políticas del Incaa. En coproducción con la Universidad 3 de Febrero, armamos este trabajo con la finalidad de conmemorar el Bicentenario, desde el cine.
Las reglas de juego y la plata fueron las mismas para todos. Lo que se logró fue que cada uno hiciera algo que expresara su personalidad artística. Al ver algunos de estos cortos, no sorprendería decir que “esto no se hace con 80 mil pesos”. Evidentemente, muchos agregaron recursos propios adicionales.
– ¿Qué cubría esos 80 mil pesos?
– La filmación. La preproducción no está incluida. Ellos debían entregar un material terminado en digital. Y por eso lo encaramos nosotros, porque no estamos hablando ni de un cine comercial ni de un cine sólo de sala… Se va a dar también en televisión, al aire libre, en eventos, y por mucho tiempo.
– ¿En qué medida esta propuesta se alinea con lo que se planteó en el festejo del Bicentenario en la Avenida 9 de Julio?
– Justamente, el aporte de tantas partes presenta eso: un diálogo entre miradas diferentes como un mosaico de colores diferentes. Hay una idea de integración participativa, popular, de argentinidad, de esta necesidad de encontrarnos. Existe un diálogo interesante entre todos los directores. Y, precisamente, si tuvo una gran virtud la conmemoración de la Semana de Mayo, fue lo que la Presidenta marcó como una conmemoración federal, plural, diversa y latinoamericana. En este caso, la propuesta fue sobre el cine argentino.
Sí hubo en la celebración, consignas de país, pero no de un partido político determinado. No hay duda de que lo que caracterizó la conmemoración fue esta cohabitación entre el Chaqueño Palavecino, Fito Páez, los 1.400 intérpretes de los escenarios federales, las miradas de las provincias cualquiera fuera su gobierno. La pluralidad y el federalismo fueron consignas que garantizaron lo que pasó.
– ¿Coincide con quienes señalan la diferencia entre los festejos nacionales del Bicentenario y la del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires?
– La celebración tuvo, sin duda, dos caras: la de la Ciudad, elitista y la que propuso el Gobierno nacional, y que pasó a ser de todos. El Estado propone y la gente adhiere. Esto no significa que lo del teatro Colón haya sido algo malo, pero se construyó una suerte de metáfora de dos modelos.
– ¿No cree que fue diferente el enfoque que planteó el gobierno de la Ciudad?
– El gobierno de (Mauricio) Macri tiene una concepción neoliberal, elitista, con un jefe de Gobierno que es la imagen de esto. Son los Newman Boys. Es difícil entender… Para mí, que nací al sur de la Avenida Rivadavia, la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires me es absolutamente propia y para Macri es un lugar extraño, ajeno.
El modelo que expresa Macri es el modelo extremo tilingo de una Ciudad y un país para pocos Su política me recuerda a la bomba neutrónica, ésa que fue concebida para destruir a la gente sin destruir los edificios, para que los ejércitos vencedores luego ocupen territorios, para conservar las casas pero no los molestos seres humanos.
Y la restauración del Colón va con eso. Se restaura el edificio pero se sacan y se desarman los planteles humanos que son uno de los patrimonios más grandes que ha tenido ese teatro. Es una suerte de bomba neutrónica cultural que protege la pared para luego vaciar a los técnicos, talleristas, planteles, que es lo que ha hecho el gobierno de Macri en ese edificio.
– ¿Está pensando en ser candidato a jefe de Gobierno por el Frente para la Victoria?
– No es algo que esté hoy en mi mente. Me parece que hay otros nombres, y muy buenos, para la Capital Federal. Lo único que yo siempre pido es un lugar en la discusión, en el debate. No estoy trabajando por eso pero sí estoy acompañando a la recuperación del peronismo en la Capital, en todo el espacio que yo defino como nacional, popular y progresista, donde está el peronismo y otros espacios políticos.
Estoy trabajando con compañeros de la calidad de Daniel Filmus, Carlos Tomada, Amado Boudou, y es innumerable la lista de alternativas. Hace poco le preguntaba a Filmus: “¿Vos imaginaste que iba a ser tan malo el gobierno de Macri?”. Me dijo que la verdad que no. Macri decía “hay equipo” y demostró que lo había: un equipo temible.
Un Gobierno que armó a una Policía que no atrapó un ladrón, y en cambio, fueron atrapados delincuentes en la cúpula de la Policía. Es una cosa increíble. Solamente con el silencio, ocultamiento y complicidad de los grandes medios, no deviene en un escándalo de las proporciones que debería tener. Los mismos periódicos que festejaron u ocultaron el genocidio de las provincias. Me parece que quienes gobernamos la Argentina tenemos el mejor proyecto, sin duda, para gobernar la Ciudad.
Tenemos para ofrecer un país que sacamos de la crisis durante 7 años y un país en el que mejoramos todas las variables. Mientras que, tanto el macrismo como la oposición tienen para demostrar la gestión de Gobierno que hicieron. Hemos demostrado que podemos gobernar la Argentina, nos la dieron destruida, ¿cómo no vamos a poder gobernar Buenos Aires? La consigna es que todos los que formamos parte de este proyecto debemos estar juntos, más allá de los nombres. Por eso les digo, cuenten conmigo para lo que sea, desde mi casa o desde donde fuere. Recuperar Buenos Aires es algo que merecen los porteños y los argentinos.
– ¿Cree que podría repetirse ese concepto de mosaico aplicado en la Ciudad de Buenos Aires, rescatando los valores que tiene cada barrio?
– Absolutamente. Así como se pueden recuperar las villas miserias en Buenos Aires, que son muchas y que no tienen la misma envergadura de las villas de las grandes ciudades de América latina.
Por lo tanto, su incorporación a la Ciudad es factible respetando su historia, a sus ciudadanos, a quienes en definitiva allí viven. Hay que integrarlos a la Ciudad, hay que tener una política integradora. La particularidad es que nuestro proyecto es inclusivo también para los que lo rechazan, mientras que el otro proyecto no lo es al resto de la sociedad. Nuestro proyecto no propone ni apropiar las estancias ni aniquilar el negocio del campo, todo lo contrario.
Con este proyecto el negocio del campo ha mejorado, pero lo que se propone es que los excedentes de las ganancias extraordinarias se vuelquen al conjunto de la sociedad. Este proyecto es el que levantó, incluso, el negocio agrario. Nuestro proyecto es inclusivo, no es exclusivo, no dice “los ricos afuera, que emigren”. La prueba de ello es cómo se están vendiendo coches de alta gama en Argentina.
Este proyecto es un proyecto de capitalismo con justicia. En ese sentido es inclusivo por todos lados. Y en lo cultural también es inclusivo. Y cargamos las tintas sobre quienes además fueron excluidos por tener una identidad nacional como fueron Arturo Jauretche, Leopoldo Marechal, todo lo que es el espectro de lo que nosotros llamamos pensadores nacionales.
Es más, en nuestro proyecto incluso hay una recuperación del conjunto de las ideas de pensamiento. Carta Abierta es un ejemplo, porque es renovadora, no queda en el límite de lo nacional y lo popular, sino que va más allá, profundiza la reflexión de la universidad y el debate. Nosotros somos la inclusión, lo demostramos todo el tiempo. El otro proyecto es el de la exclusión, como también lo demostró.
Por Felipe Deslarmes
Fuente: Miradas al Sur
Más información: www.elargentino.com
25 MIRADAS – 200 MINUTOS constituye una serie de 25 películas de 8 minutos de duración cada una, que forman parte de una construcción colectiva de 200 minutos finales. Una introspección y una poética acerca del quiénes quisimos ser y del quiénes hemos sido, cruzados con la realidad del qué somos y con la utopía del qué seremos. Un mosaico compuesto a partir de la libertad creativa y estética de cada uno de los cineastas que participan de esta puesta.
El proyecto fue desarrollado por la Secretaría de Cultura de la Nación junto a la Universidad Nacional de Tres de Febrero, en el marco de los festejos del Bicentenario Argentino. Colaboraron en el mismo la Asociación Argentina de Actores (AAA), el Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA) y la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC). El laboratorio Cinecolor bonificó todas las copias 35 mm. para la distribución del material en salas de cine del país.
Observar un camino que aún hoy transitan millones de argentinos, en la certeza de hacer, de moldear y de transformar la Nación, es el desafío de esta propuesta que busca, según lo relata el Secretario de Cultura, Jorge Coscia, “generar testimonio para entrever, asomarse o espiar, incluso de forma impúdica, las vicisitudes, los sentidos y la dialéctica de un viaje de 200 años”.
25 Miradas sobre una misma Historia
Israel Adrián Caetano (“El Héroe al que Nadie Quiso”), Marcos Carnevale (“Mercedes”), Albertina Carri (“Restos”), Paula de Luque (“Leyenda del Ceibo”), Inés de Oliveira Cézar (“Guillermina P.”), Sabrina Farji (“La Voz”), Leonardo Favio (“Gente querible”), Pablo Fendrik (“Hija del Sol”), Sandra Gugliotta (“Posadas”), Paula Hernández (“Malasangre”), Juan José Jusid (“Intolerancia”), Víctor Laplace (“Ser Útil Hoy”), Alberto Lecchi (“El Abuelo”), Lucrecia Martel (“Nueva Argirópolis”), Mausi Martínez (“En la Trinchera”), Néstor Montalbano (“Chasqui”), Celina Murga (“Pavón”), Gustavo Postiglione (“(mi) Historia Argentina”), Lucía Puenzo y Esteban Puenzo (“Más adelante”), Carlos Sorín (“Argentina del Bicentenario. Las Voces y los Silencios”), Juan Bautista Stagnaro (“El Espía”), Juan Taratuto (“Fallas de Origen”), Gustavo Taretto (“Una vez más”), Pablo Trapero (“Nómade”) y Ricardo Wullicher (“Para todos los Hombres y Mujeres de Buena Voluntad “).
La mirada de estos 25 realizadores, interpretada por artistas y pensadores de la talla de China Zorrilla, Andrea del Boca, Alejandro Awada, Diego Peretti, Elena Roger, Claudio Gallardou, Lito Cruz, Luis Luque, Luis Ziembrowski, Carlos Santamaría, Emme, Florencia Raggi, Jorge Prado, Norma Pons, Pilar Gamboa, Verónica Piaggio, Osqui Guzmán, Vando Villamil, Victoria Carreras, Regina Lamm, Silvina Bosco, Ailín Salas, Alejandro Lifshitz, Analía Couceyro, Bettina Quintá, Ernesto Chacón Uribe, Eduardo Bertoglio, Matías Umpierrez, Pablo Ribba y Pacho O’Donnell, conduce a 200 minutos de un viaje hacia la reflexión.
Estreno oficial de 25 MIRADAS – 200 MINUTOS
El próximo lunes 6 de septiembre, 25 MIRADAS – 200 MINUTOS hará su presentación oficial.
El evento, que se llevará a cabo en el complejo Cinemark de Puerto Madero, Ciudad de Buenos Aires, contará con la presencia del Secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, y otras autoridades, así como también de los directores y actores que participaron del proyecto.
25 MIRADAS – 200 MINUTOS es un emprendimiento de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, la Unidad Ejecutora Bicentenario y la Universidad de Tres de Febrero, dentro del marco de los festejos por el Bicentenario Argentino.
Más información: www.25miradas.gob.ar
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