LO REVELA UN ESTUDIO REALIZADO EN LOS EE.UU., DONDE LOS MÉDICOS PIDEN NO EXCEDER LAS DOS HORAS. POLÉMICA LOCAL SOBRE LA REAL GRAVEDAD DEL TEMA.
Dos horas diarias de exposición frente a cualquier tipo de pantalla –TV, videojuegos, PC y celulares– es el tiempo que recomienda la Academia Americana de Pediatría para niños menores de cinco años. Pero este número queda inmediatamente corto si al tradicional entretenimiento de la TV le sumamos el resto de las pantallas que llegaron para quedarse en el universo lúdico infantil: videojuegos, DVD portátil, juegos on line y celulares.
PERFIL habló con dos pediatras locales para saber cómo consumen estas tecnologías los niños en Argentina y cuáles son los posibles efectos cognitivos de la sobre exposición.
Según el Estudio Longitudinal de la Primera Infancia realizado por el Instituto de Investigación de Infancia de Seattle y la Universidad de Washington sobre una muestra de más de 8.900 niños, se consume más del doble de las dos horas recomendadas; entre cuatro y cinco por día. Y para sorpresa de muchos, los más sobreexpuestos son los niños que no asisten a jardín maternal y son cuidados en sus casas.
Local. Pero, ¿qué pasa en nuestro país?, ¿cuáles son las recomendaciones y cómo es el consumo? Según una encuesta del año 2008, realizada por la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) sobre el uso de tecnologías, los modos varían más entre estratos sociales que por países, por lo que el consumo de pantallas aquí es similar, se estima, al que indicó el estudio norteamericano.
“En el caso de niños preescolares el tiempo recomendado es de una a dos horas diarias. Si hablamos de navegación on line, esta debería realizarse bajo la supervisión cercana de un adulto, ya que para el niño es muy positivo compartir la actividad con su mamá y/o con su papá”, aconseja el Jorge Nasanovsky, director de sitio médico Zonapediatrica.com.
Ariel Melamud, coordinador del equipo de informática de la SAP, cree que dos horas es poco en la vida real y que está bastante alejado del consumo multimedial real. “Lo que ocurre es que los chicos usan la PC, los videojuegos y ven TV, muchas veces, casi en simultáneo. Si pensamos en dos horas, significa sólo algunos minutos por dispositivo. Si sumamos el tiempo que los chicos pasan ahora con cada aparato, o todos a la vez, la cuenta da cerca de cinco o seis horas y eso no es malo de por sí. No es lo mismo si el niño consume contenidos educativos o juega en línea con compañeros de la escuela que si está encerrado solo”, explica Melamud.
Para los especialistas, no se puede hacer una recomendación general y habría que cambiar el punto de vista. “Muchas veces estamos midiendo un nuevo paradigma desde la conceptualización que el adulto tiene de esos dispositivos y no desde cómo percibe su uso el niño. Lo que sí creo inaceptable a esta edad preescolar es la tenencia bajo ningún concepto de teléfonos celulares. Los chicos de 3 y 4 continúan en la etapa oral y las pilas y las baterías pueden ser muy peligrosas”, advirtió Melamud.
Salud. Si bien los profesionales coinciden en que el uso adecuado y bien supervisado de estas tecnologías arrojan beneficios cognitivas en el aprendizaje, hay que tener en cuenta que toda actividad de pantalla en exceso puede tener consecuencias negativas físicas y psíquicas.
“En el consumo en exceso puede verse afectada la relación con los demás, vuelve al niño mas retraído, en algunos casos agresivo, y puede afectar sus resultados escolares. Desde lo corporal no debe descuidarse la postura en la silla para prevenir contracturas, valorar si tiene dificultades visuales, si presenta cefaleas o si se lo nota muy distraído y sólo preocupado por usar la PC o ver TV”, advirtió Nasanovsky.
“Con respecto a la socialización debemos ser cautos. Si el niño pasa algunas horas en un juego en red con amigos con los que luego comparte actividades en la escuela esto no implica necesariamente un chico antisocial, es parte de la nueva socialización”, aseguró el experto de la SAP. Y concluyó: “Es importante entender que supervisar a un niño no es exponerlo a situaciones de presión o exigencias innecesarias. Es respetar su libertad individual, pero teniendo en claro y haciéndole cumplir las reglas consensuadas que debe manejar la familia en el uso de la tecnología en el hogar”.
El chupete electrónico
Antes de culpar a docentes y jardines maternales por la “sobredosis” de pantallas, conviene mirar los números y reflexionar qué parte de responsabilidad puede caberles a los padres en el asunto.
Veamos caso por caso. Los chicos que son cuidados en sus casas por sus padres y por niñeras son los que están más sobreexpuestos al bombardeo visual de las pantallas.
Según el informe Estudio Longitudinal de la Primera, realizado en Seattle, Estados Unidos, los menores que asisten al jardín maternal miran un promedio de 3,2 horas diarias de TV (aunque hay que destacar el hecho de que la miran en la casa con sus padres y no en la institución).
Los que son cuidados por mamá o papá miran unas 4,2 horas, mientras que los que se quedan en casa con niñeras o personal domiciliario alcanzan las 5,5 horas diarias.
Luego de estas cifras, más de uno repensará las “bondades” del jardín maternal y la conversación del lunes con la niñera en casa. Algo a tener en cuenta.
Por Martina Rua
Fuente: diario "Perfil"
Más información: www.perfil.com
Dos horas diarias de exposición frente a cualquier tipo de pantalla –TV, videojuegos, PC y celulares– es el tiempo que recomienda la Academia Americana de Pediatría para niños menores de cinco años. Pero este número queda inmediatamente corto si al tradicional entretenimiento de la TV le sumamos el resto de las pantallas que llegaron para quedarse en el universo lúdico infantil: videojuegos, DVD portátil, juegos on line y celulares.
PERFIL habló con dos pediatras locales para saber cómo consumen estas tecnologías los niños en Argentina y cuáles son los posibles efectos cognitivos de la sobre exposición.
Según el Estudio Longitudinal de la Primera Infancia realizado por el Instituto de Investigación de Infancia de Seattle y la Universidad de Washington sobre una muestra de más de 8.900 niños, se consume más del doble de las dos horas recomendadas; entre cuatro y cinco por día. Y para sorpresa de muchos, los más sobreexpuestos son los niños que no asisten a jardín maternal y son cuidados en sus casas.
Local. Pero, ¿qué pasa en nuestro país?, ¿cuáles son las recomendaciones y cómo es el consumo? Según una encuesta del año 2008, realizada por la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) sobre el uso de tecnologías, los modos varían más entre estratos sociales que por países, por lo que el consumo de pantallas aquí es similar, se estima, al que indicó el estudio norteamericano.
“En el caso de niños preescolares el tiempo recomendado es de una a dos horas diarias. Si hablamos de navegación on line, esta debería realizarse bajo la supervisión cercana de un adulto, ya que para el niño es muy positivo compartir la actividad con su mamá y/o con su papá”, aconseja el Jorge Nasanovsky, director de sitio médico Zonapediatrica.com.
Ariel Melamud, coordinador del equipo de informática de la SAP, cree que dos horas es poco en la vida real y que está bastante alejado del consumo multimedial real. “Lo que ocurre es que los chicos usan la PC, los videojuegos y ven TV, muchas veces, casi en simultáneo. Si pensamos en dos horas, significa sólo algunos minutos por dispositivo. Si sumamos el tiempo que los chicos pasan ahora con cada aparato, o todos a la vez, la cuenta da cerca de cinco o seis horas y eso no es malo de por sí. No es lo mismo si el niño consume contenidos educativos o juega en línea con compañeros de la escuela que si está encerrado solo”, explica Melamud.
Para los especialistas, no se puede hacer una recomendación general y habría que cambiar el punto de vista. “Muchas veces estamos midiendo un nuevo paradigma desde la conceptualización que el adulto tiene de esos dispositivos y no desde cómo percibe su uso el niño. Lo que sí creo inaceptable a esta edad preescolar es la tenencia bajo ningún concepto de teléfonos celulares. Los chicos de 3 y 4 continúan en la etapa oral y las pilas y las baterías pueden ser muy peligrosas”, advirtió Melamud.
Salud. Si bien los profesionales coinciden en que el uso adecuado y bien supervisado de estas tecnologías arrojan beneficios cognitivas en el aprendizaje, hay que tener en cuenta que toda actividad de pantalla en exceso puede tener consecuencias negativas físicas y psíquicas.
“En el consumo en exceso puede verse afectada la relación con los demás, vuelve al niño mas retraído, en algunos casos agresivo, y puede afectar sus resultados escolares. Desde lo corporal no debe descuidarse la postura en la silla para prevenir contracturas, valorar si tiene dificultades visuales, si presenta cefaleas o si se lo nota muy distraído y sólo preocupado por usar la PC o ver TV”, advirtió Nasanovsky.
“Con respecto a la socialización debemos ser cautos. Si el niño pasa algunas horas en un juego en red con amigos con los que luego comparte actividades en la escuela esto no implica necesariamente un chico antisocial, es parte de la nueva socialización”, aseguró el experto de la SAP. Y concluyó: “Es importante entender que supervisar a un niño no es exponerlo a situaciones de presión o exigencias innecesarias. Es respetar su libertad individual, pero teniendo en claro y haciéndole cumplir las reglas consensuadas que debe manejar la familia en el uso de la tecnología en el hogar”.
El chupete electrónico
Antes de culpar a docentes y jardines maternales por la “sobredosis” de pantallas, conviene mirar los números y reflexionar qué parte de responsabilidad puede caberles a los padres en el asunto.
Veamos caso por caso. Los chicos que son cuidados en sus casas por sus padres y por niñeras son los que están más sobreexpuestos al bombardeo visual de las pantallas.
Según el informe Estudio Longitudinal de la Primera, realizado en Seattle, Estados Unidos, los menores que asisten al jardín maternal miran un promedio de 3,2 horas diarias de TV (aunque hay que destacar el hecho de que la miran en la casa con sus padres y no en la institución).
Los que son cuidados por mamá o papá miran unas 4,2 horas, mientras que los que se quedan en casa con niñeras o personal domiciliario alcanzan las 5,5 horas diarias.
Luego de estas cifras, más de uno repensará las “bondades” del jardín maternal y la conversación del lunes con la niñera en casa. Algo a tener en cuenta.
Por Martina Rua
Fuente: diario "Perfil"
Más información: www.perfil.com
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